Según la tradición prehispánica el amate no sólo cumple con el aspecto decorativo en Pahuatlán, si no que forma parte de una serie de elementos curativos en rituales...
El amate refleja códices con pequeñas figuras de los dioses; de la tierra, el bosque, viento y el agua. Que determinan las causas de enfermedades y posibles remedios.
Desde el mal de ojo, el espanto e incluso el frío, los chamanes Pahuantlecas alivian con amate diversos males para sanar el espíritu.
El ombligo de la luna alberga la riqueza de sus etnias, en Pahuatlán se encuentra la región otomí de San Pablito, comunidad que arraiga tradiciones y costumbres bajo el bello sincretismo.
Ivette Muro
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